La firma automovilística española Seat ha puesto en marcha el proyecto ‘Life Methamorphosis’, a través del cual transformará residuos orgánicos en biometano, que puede utilizarse en cualquier vehículo propulsado por gas.
Actualmente hay coches que funcionan con petróleo, electricidad y gas, pero ahora hay que añadir una nueva forma de mover motores y hay que apuntar a nuestra propia basura. Este es el objetivo del proyecto Life Methamorphosis de Seat.
“Con toda la basura orgánica que se genera podemos producir biometano suficiente para mover 10.000 coches unos 15.000 kilómetros cada año”, señala Andrew Shepherd, ingeniero de Seatresponsable del proyecto Methamorphosis.
Este proyecto considera que toda la basura que se recoge en el Ecoparc 2 de Barcelona, puede producir una buena cantidad de biometano, seleccionando toda aquella que proviene de los contenedores marrones de residuos orgánicos y lo aprovechable de los contenedores grises. Esta será la materia prima que se convertirá en biocombustible.
Procesos de transformación
El proceso de transformación se llevaría desde que se introduce la basura en unos digestores anaeróbicos de 26 metros de altura, con una capacidad individual de 4.500 metros cúbicos. Para ellos se necesitará que el digestor no le entre oxigeno para que el proceso de descomposición genere unos cuantos gases. Después de unos 30 días, se consigue biogás con un 65% de metano, según detalló Seat.
«No obstante, este biogás aún no tiene calidad suficiente para alimentar un motor de gas de Seat, por lo que es necesario refinarlo», señaló el ingeniero de la marca responsable del proyecto ‘Life Methamorphosis’, Andrew Shepherd. Tras la fase de refinado, el gas pasa a comprimirse y almacenarse.
Seat destacó que, si se refinara todo el biogás del Ecoparc 2 a biometano, 3.750 unidades del León podrían dar la vuelta al mundo cada año. «Con este gas renovable abordamos temas muy importantes hoy en día, como contribuir a la economía circular, reducir residuos y reducir gases de efecto invernadero, ya que su producción y uso genera un 80% menos de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que la gasolina», subrayó Shepherd.
Actualmente, tres Seat León y un Arona están funcionando con este biometano para comprobar su efecto en sus motores tras rodar un mínimo de 30.000 kilómetros cada uno.