El Ministerio de Industria se niega a conceder el permiso a Iberdrola para clausurar y desmantelar el Grupo 3 de la planta de ciclo combinado de Arcos de la Frontera (Cádiz), el más moderno de la central y que con sus 800 megavatios (MW) supone la mitad de su potencia instalada total.
El Gobierno justifica su decisión en un informe de Red Eléctrica Española (REE) donde se argumenta que el cierre del principal grupo de Arcos pone en riesgo la garantía de suministro eléctrico en el sur de Andalucía, según adelantó ayer El Mundo. La compañía eléctrica rechazó ayer valorar la decisión, que resulta paradójica ya que uno de los problemas del sistema estriba en la sobrecapacidad del parque de generación, agravado por la caída de la demanda como consecuencia de la crisis económica.
Fuentes del sector explicaron ayer a este diario que el origen de esta disposición radica en la desconexión del ciclo combinado perteneciente a Nueva Generadora del Sur (NGS), una sociedad participada al 50% por Gas Natural Fenosa y Cepsa. La planta está situada dentro de la refinería de Cepsa en San Roque, en el Campo de Gibraltar, y cuenta con dos grupos de generación que suman 800 megavatios de potencia instalada, destinados fundamentalmente a suministrar energía al importante polo industrial de la zona.
Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andallucía (TSJA) dictada en enero de 2009 obligaba a NGS a desmantelar cuatro torres del tendido eléctrico de 380.000 voltios que permite evacuar la energía generada por la planta. El fallo cerraba así un proceso de más de diez años con los propietarios de los terrenos por donde pasa el tendido.
En una resolución publicada el pasado 14 de marzo en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el Ministerio de Industria dio a NGS un plazo de seis meses para retirar las cuatro torres objeto del fallo judicial pese a que un informe de REE fechado en mayo de 2013 pedía no ejecutar el desmantelamiento hasta que no se proyectara una variante porque «se imposibilitaría de forma permanente el funcionamiento de los dos grupos» de la planta y pondría en riesgo la seguridad de suministro «en el largo plazo».
Sin embargo, la Dirección General de Política Energética y Minas resolvió autorizar la retirada del tendido dado que a la vista del fallo judicial «no resulta justificado el mantenimiento de la instalación actual hasta la construcción de la nueva variante» y «no tendría una incidencia determinante en la seguridad del sistema eléctrico y en la garantía de suministro en el medio plazo».
La reforma energética aprobada por el Gobierno el pasado año abría la posibilidad a las eléctricas de solicitar el cierre temporal de ciclos combinados «bajo estrictos criterios de garantía de seguridad de suministro». Sin embargo,Iberdrola fue más allá al pedir el cierre y desmantelamiento parcial de la planta de Arcos, en la que había invertido más de 900 millones de euros y que lleva menos de una década operativa, lo que la convertía en una de las más modernas del grupo energético.
Fuente: diario jerez